jueves, 17 de abril de 2008

Que pasa que estamos violentos??

Hace poco me puse a reflexionar a cerca de nuestra actitud del dia a dia en casi todo tipo de situaciones, y como hemos llegado a un punto en que la violencia y el mal trato estan generalizados, y casi inevitablemente insertos en nuestra forma de hablar, tratar a los pares, etc.
Creo que esta lamentable actitud y forma de ser es el resultado de la infelicidad y los conflictos que existen a nivel mundial, y por la decadencia que estamos sufriendo como seres humaos.
El descontento y el frenesi, el descontrol, el resentimieto y la confusion son causantes y detonantes de muchos de los actos de violencia que podemos presenciar todos los dias en las canchas de futbol, a la salida de los boliches, en las huelgas de obreros, en los medios, y como dije antes, en nuestra habla y trato cotidiano;sin ni siquiera dudarlo, muchas veces insultamos y usamos frases discriminatorias con quienes hablamos o nos rodean. Sin hacer alusion a dichas frases, queria tambien mencionar que otro factor casi dogmatico se presenta en el asunto: el hecho de que sea aceptado socialmente, o al menos no absoulutamente repudiado. Por ejemplo, y ahora si recurriendo a una palabra, el decir sos un maricon o un puto, es muy comun oirlo usado como un insulto, como si ser homosexual fuera un defecto o algo de lo que burlarse. Parece que nuestra sociedad se ha plagado de homofobicos, y no solo eso. ¿Qué pasa en los boliches?
Esto, gente, no es historia nueva. Es lo mas antiguo y errado que existe desde hace mucho:los “chetos” y los “negros”(terminos usados actualmente). Ambos grupos siempre existieron en cierta forma, bajo un nombre u otro. Unos se visten, calzan, hablan y peinan entre otras cosas de una determinada forma que los integra en uno u otro grupo. Salvo quienes estan en el medio, de los cuales no voy a hablar ahora. Pero volviendo a lo otro, quiero destacar que la gran diferencia que hay entre lo que pasaba entre estos dos grupos hace 20 años respecto de ahora, es bastante grande; pareciera que hoy sin un fin claro se reunieran tanto unos como otros, con el unico motivo de provocar un roze para generar una pelea que se desatara afuera, en la calle. Fuera de alli, a los patobicas ya no les incumbe, ni les molesta que se rompan la cara y el cuerpo a piñas y patadas, sin motivo alguno, invadidos por el alcohol y quizas drogas, o quizas ninguna de estas, mas que porque unos son “chetos “ y otros “negros”.
Pasemos a otro ambito, las canchas de futbol:
Si hoy le preguntamos a nuestros viejos(yo tengo 16)como era ir a ver un partido de futbol en aquella epoca, nos causaria tanta sorpresa y asombro que no podriamos creer que el orden y el respeto que se tenian en aquel entonces, era tal que a ver un partido se iba vestido formalmente, se aplaudian los goles y se observaba de sentado, tal como en un teatro se aprecia una obra. Era todo un acontecimiento, una saida familiar ir a ver el partido. Hoy es casi impensable e imprudente pensar en ir a ver un partido con hijos, salvo en algunos casos que es sabido que no se generan peleas, o cuando se esta en un sector lejos de la violencia, pero te todas formas el hecho de ir ya nos pone en riesgo de que algo nos pase. Las peleas generadas por los barrabravas parecen ser de alguna forma un negocio para algunos de los lideres de las mismas. Es decir, parece ser que la violencia esta siendo cotizada. Y a veces son inocentes espectadores las victimas de estas peleas.
Creo que debemos incursionar en una nueva forma de actuar y pensar, para que las cosas cambien. Hagamos que el dia de mañana no sea un baño de sangre, construyamos un futuro de igualdad, justicia, libertad basados en los unicos y mejores valores que nos quedan por salvar, el mejor lado del ser humano: la paz y el amor, la compasión, la bondad, la solidaridad, el afecto desinteresado. Rescatemos lo mejor que la naturaleza nos dio.
No nos olvidemos de los ideales, que sin ideales el hombre no es nada. Que mas queda en esta vida que luchar por nuestros sueños, por el bien y sobre todo por el amor.

La culpa y la responsabilidad no debe recaer en un cien por ciento en nosotros, pero si esta en nuestras manos la decisión de cambiarlo